La técnica de la gimnasia hipopresiva o abdominales hipopresivos ayuda a trabajar la musculatura del abdomen a través del control de la respiración, combinándolo con posturas y movimientos cuya finalidad es disminuir la presión de la cavidad abdominal, pélvica y torácica. El ejercicio se hace en apnea profunda, abriendo costillas y trabajando el diafragma, los músculos abdominales y el suelo pélvico.
¿Para qué sirven y quién puede realizarlos?
Los abdominales hipopresivos se utilizan tanto en el ámbito de la salud (para prevenir y tratar problemas) como en el deporte, pues son múltiples sus beneficios. Poco a poco os los iremos contando, pero ahora nos vamos a centrar en su aplicación en la recuperación postparto.
Podríamos decir que prácticamente cualquier persona puede practicarlos, aunque son pocas, existen algunas contraindicaciones como la hipertensión arterial, casos de problemas agudos de intestino y el embarazo.
En realidad son contraindicaciones relativas, puesto que los ejercicios se pueden adaptar o modificar en función de las necesidades de cada persona. En estos casos habría que trabajar de manera individual.
Durante el embarazo no se deben practicar, ya que los ejercicios hipopresivos pueden provocar contracciones uterinas que causen un parto prematuro o un aborto natural. Sin embargo, sí que se puede realizar un programa específico a partir de la semana 38 que ayudará a iniciar (incluso favorecerá) el trabajo de parto.
Practicar abdominales hipopresivos tiene muchos beneficios, especialmente para la salud de nuestros músculos abdominales y de nuestro suelo pélvico. Pero no todo se reduce a eso:
Con la práctica de los hipopresivos provocamos un descenso de la presión intraabdominal lo que ayuda a prevenir hernias abdominales, inguinales, prolapsos… A su vez, aumenta el retorno venoso y el flujo sanguíneo, ayudándonos a mejorar la circulación y la pesadez de piernas.
Además, la apnea conlleva una bajada de la saturación de oxígeno, el cuerpo metaboliza más rápido y los valores de glóbulos rojos aumentan de forma natural que junto con el aumento de la capacidad y control del diafragma, mejora el rendimiento deportivo.
Pero practicarlos durante el postparto es especialmente beneficioso, pues ayuda en la contracción del útero y tonifica los músculos abdominales. Además, fortalece la musculatura del suelo pélvico, que tras el embarazo y el parto suele quedar debilitada.
Los hipopresivos son una de las mejores opciones tanto en el postparto inmediato como tardío. Si la mujer ya los conocía y practicaba antes del embarazo, puede realizar algún ejercicio tumbada o sentada unos pocos segundos en los dos días siguientes al parto. Esto ayudará a «descongestionar» el útero para su vuelta a la posición y tamaño que tenía antes del embarazo. Pasados estos dos días, es conveniente descansar, relajarse y volver al trabajo hipopresivo pasadas las 6 semanas del parto.
En caso de cesárea, no se podrán practicar hasta las 8 semanas posteriores a la operación. En cualquier caso, siempre recomendamos acudir a una fisioterapeuta especialista en suelo pélvico para que haga una valoración previa.
Los hipopresivos ayudar a fortalecer el suelo pélvico, mejorando las incontinencias urinarias, los problemas perineales y las relaciones sexuales. Al fortalecer la faja abdominal, reducimos cintura, protegemos la zona lumbar y normalizamos la postura.
¿Cuándo comenzaremos a notar resultados con los hipopresivos?
Dos de las grandes ventajas que destacamos de esta técnica es que se necesita muy poco tiempo de práctica y que los resultados son muy notables.
Eso sí, como en cualquier ejercicio, todo es cuestión de constancia. Los resultados pueden comenzar a notarse entre el primer mes y los seis meses después de empezar a practicarlos, aunque para ser realmente eficaces deberían realizarse dos veces por semana como mínimo, en sesiones de 20 minutos. Todo dependerá del tiempo que se le dedique.
Queremos destacar la importancia de ponerse en manos de especialistas, sobre todo cuando queremos empezar a practicarlos por primera vez. Si la ejecución no es correcta, lejos de conseguir beneficios, podrían crear problemas.